
El Estado de emergencia finaliza el próximo 2 de mayo en Portugal, cuando el país luso casi alcanza los 800 fallecidos, una cifra infinitamente menor que la de su vecino peninsular.
Portugal se ha caracterizado por una previsión excelente, pocos errores y la construcción de un frente común frente al virus. Algo que tampoco se ha visto en España. Y eso se ha traducido en una de las tasas de mortalidad más bajas de Europa.

El país luso estudia ahora medidas que lleven al país a una nueva normalidad, la cual se ejecutará progresivamente. Especialmente en lo que se refiere a la planificación del trabajo, con turnos de mañana y tarde y con fomento máximo del teletrabajo para aumentar las distancias personales en las oficinas, aunque no hay fecha definida. Sólo las cifras de contagio lo determinarán.
También está prevista la reapertura progresiva de guarderías y centros de secundaria y universidades. Los alumnos de primaria no volverán hasta el próximo curso. La actividad comercial se reiniciará con la reapertura, en breve plazo de las tiendas de barrio, con las medidas de higiene y distancia exigidas.
António Costa, Primer Ministro de Portugal, no descarta los espectáculos a puerta cerrada como el fútbol, y para los cines prevé una reapertura con un tercio del aforo. Algo similar ocurrirá en las playas, donde se da por seguro que se nutrirán sólo de turismo nacional porque no hay fecha para abrir fronteras y normalizar el tráfico aéreo.