Bragança es una histórica ciudad de la subregión de Trás-Os-Montes. Tiene más de 25.000 habitantes, donde acogen al visitante con los brazos abiertos. Limita con Zamora al este y al norte y si visitamos esta ciudad junto con la Puebla de Sanabria, sería un delito pasar por alto la ruta sin parar a ver la ciudad brigantina.
Fundada en el siglo II a.C. como Brigantia (de ahí su gentilicio), la ciudad es el resultado de enormes influencias históricas.
Bragança es la capital de una de las zonas más despobladas de Portugal
Lo más destacable de la villa es su imponente castillo, en cuyo interior, encontraremos unas inigualables vistas, alguna escalera curiosa y un museo del ejército bastante «estrambótico».
No obstante, la villa cuenta con otros ocho museos como el ibérico de la máscara o el dedicado a la lengua portuguesa (el único en todo Portugal)
Lo más destacable del museo de las máscaras es que es el resultado de la colaboración transfronteriza entre esta villa y Zamora. Está situado en el interior de la ciudadela y la gran variedad de máscaras y fotografías hacen imprescindible su visita. Puedes acceder por 1,05€ por persona, a partir dos 10 años de edad. Aunque existen diversos descuentos.
Braganza y Zamora. España y Portugal, dos países separados –o unidos– a veces solo por un río o una montaña. Dos países que forman la península ibérica y tanto tienen en común.
Y ya si quieres un poco de magia, creo que el mejor truco es comer bien. Nosotros lo hicimos en el Restaurante Solar Bragançano, que dispone de una decoración muy retro. Nosotros comimos en la terraza, que aliviaba bastante del calor y fuimos realmente bien atendidos.
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