La primera respuesta a esta pregunta sería porque el sueño de una Iberia unida es demasiado interesante como para dejarlo solo en un sueño.
En la Sociedad Iberista damos muchos argumentos para entender que, tanto culturalmente como política y económicamente, la unión es necesaria. Pero, además, el iberismo, en cuanto movimiento social es transversal, matiz que hace del debate un diálogo racional.
Nos interesa trabajar por la unión, no discutir por ideologías. El diálogo se construye con una ética que trasciende la mera conversación política, construida a partir de monólogos replicados en el insulto. El iberismo es un diálogo donde se presta atención a la coherencia de lo que se dice.
También el iberismo es una filosofía que busca dar valor a la sociedad que tenemos, pero que busca el cambio profundo y la transformación a través de la unión de dos sociedades hermanas, una misma cultura, dividida en dos países. Esta división es la mayor arma contra el iberismo, pero que exista división no quiere decir que esta sea permanente. El progresismo político quiere decir cambiar lo que lleva tiempo inmóvil, y si hay algo tan inmóvil como inútil es una frontera, que, aunque desde la Unión Europea se ha desdibujado en cierta manera, sigue dividiendo soberanías, legislaciones, culturas, literaturas, vidas.
El iberismo no es nuevo, el recurso a uniones históricas, a glorias pasadas que hicieron del mundo algo redondo, o que pusieron patas arriba la Europa del renacimiento, es siempre una tentación. El futuro es algo grande y desde el Iberismo tenemos mucho que decir, mucho que aportar, no desde un romanticismo heredado del siglo XIX, sino desde unas propuestas reales acordes con el porvenir que nos espera. Muchos de los conflictos que vivimos hoy no son nuevos, y las soluciones ya se han pensado antes.
El más obvio es que la separación debilita, la unión fortalece. Da mucha pena que el iberismo como proyecto de espacio político y cultural compartido tenga tan poco eco en la propia política, aunque hemos de felicitarnos porque sí hay voluntad de unión en la cultura. Por nuestra parte, desde la Sociedad Iberista, estamos resueltos a desarrollar todas las acciones necesarias para culminar una unión que se la debemos a la historia, pero que, sobre todo, será el mejor regalo para nuestros descendientes. La unión es la solución vital que nos ayudará a construir un futuro mejor, no hay excusa, sé inteligente, sé iberista.