“Este es un buen presupuesto. Un presupuesto para un año difícil en el que los efectos de la pandemia en la salud pública y la economía se sentirán aún más”, dijo la líder socialista Ana Catarina Mendes al parlamento, criticando a otro antiguo aliado, el Bloque de Izquierda, por votar en contra.
Con el objetivo de apoyar la recuperación económica después de la peor recesión en casi un siglo provocada por la pandemia, el presupuesto prevé un fuerte aumento del 23% en la inversión pública hasta más de 6.000 millones de euros, especialmente en sanidad e infraestructuras.
Se destinarán 550 millones de euros adicionales a las familias mediante un aumento de los subsidios de desempleo y las pensiones, la concesión de una nueva prestación social para los trabajadores con menos ingresos y la reducción del impuesto sobre el valor añadido (IVA) de la electricidad.
El Gobierno espera que la economía, dependiente del turismo, crezca un 5,4% después de la caída prevista del 8,5% de este año. Se estima que el desempleo caerá al 8,2% después de saltar al 8,7% este año. La población desempleada se disparó un 45%, a 400.000 personas, en el tercer trimestre.
La Sociedad Iberista considera que ahora es el momento de emular a Roosevelt e invertir en el país. Sólo así el futuro será mucho más próspero. Imprescindible la apuesta por las nuevas tecnologías, sin olvidar la Iberia vaciada y con una transición energética real y sostenible.