
Con el #Brexit en marcha, no son pocos los países europeos que ven crecer en su seno, sensibilidades que buscan bajarse del tren europeo que es la Unión. ¡Valiente temeridad!
Creen, ingenuos ellos, que a Reino Unido le espera el Valhalla tras la puerta que están a punto de traspasar. Pero nada de eso. La salida británica será traumática para la economía global, así lo ha reseñado el FMI. Y es que, el 44 % de las exportaciones británicas van a la UE, que le suministra el 53 % de sus importaciones, pero además La City podría perder 100.000 empleos, ya que muchas empresas se mudarán a otras ciudades de la eurozona. El PIB británico bajará entre un 1,5 % y un 9,5 %.

Pero, ¿Y si fueran Portugal o España los que se quisieran salir de la UE?
Hay insensatos que piensan que sería buena idea que Portugal y España siguiesen el mismo camino y encima, tienen la desfachatez de llamar a eso ¡IBERISMO!
Sólo con el Brexit, España será la octava economía más afectada, ya que las relaciones comerciales están valoradas en 55.000 millones de euros al año y, según datos del ICEX, en el Reino Unido existen más de 300 empresas de capital español, mientras que en España hay casi 700 sociedades británicas.
Portugal, que sería uno de los socios del bloque comunitario más afectados por un «brexit», pues sus exportaciones a Londres podrían caer entre un 15 % y un 25 %, y el turismo. El resultado final para el país luso sería una caída de entre el 0,5 % y el 1 % del PIB.
Es decir, que sin ser nosotros quiénes dejamos la Unión, ya se ve enormemente afectada nuestra economía. Imagínate, solo por un momento, que pasaría si fuese Portugal o España las siguientes naciones voluntarias en cometer una tropelía social sin precedentes.
Muerte económica
Has acertado. Nuestra economía sería algo así como el Valle de la Muerte inversor, ya sea comprando bonos (con los que financiamos educación y sanidad o refinanciamos deuda) o montando un negocio, sea multinacional o pequeña y mediana empresa.
Quizá no te acuerdas de la prima de riesgo, ni de agencias de calificación como Standard & Poor’s, Moody’s o Goldman Sachs que no dudarían en calificar como «bono basura» todas aquellas emisiones de deuda que tratásemos de colocar en el mercado. O dicho de otro modo, pagaríamos enormes intereses para financiar todo aquellos que con impuestos no somos capaces.
Y eso, querido lector, es muchísimo, porque España y Portugal tienen deudas enormes que superan el 95% del PIB anual. Para que te hagas una idea, Reino Unido tiene una deuda del 85%, más de diez puntos por debajo de la española (97%)
Eje ibérico
Además, perderíamos la oportunidad de poder situarnos como la tercera economía de la zona Euro, por delante de Italia y Polonia.
Con un movimiento iberista fuerte, se puede articular una alianza estratégica con acuerdos concretos que aceleren el proceso de integración europea y permitan situar a Portugal y España a la vanguardia del proyecto europeo, no sólo económicamente hablando, sino impulsando todas aquellas reformas que permitan revitalizar el proyecto de la Unión y combatir conjuntamente la despoblación, plantar cara al eje franco-alemán y a sus políticas de austeridad que tanto daño han hecho a nuestros países.
Un acuerdo entre portugueses y españoles es el auténtico iberismo. Eso es lo que pondrá las cartas sobre la mesa en Bruselas y harán de Portugal y España socios a tener en cuenta.
El Iberismo y el europeísmo son incompatibles
Me gustaría darte la razón, pero no, te equivocas de cabo a rabo. ¿Por qué? Porque Europa avanza hacia una sociedad de naciones que nunca se integrarán en un todo como Estados Unidos.
Lo que nosotros definimos como una Europa de geometrías variables o una confederación asimétrica.
Esto se debe principalmente al fracaso estrepitoso que tuvo el referéndum de la Constitución Europea. Un proyecto que buscaba armonizar la legislación europea en un documento vinculante, entre otros fines jurídicos bien definidos. A continuación de dejo el mapa de aquella votación, en plena bonanza económica de 2004-2006:

Lo que pasó fue que Europa es un conglomerado de países muy diversos con un sinfín de intereses propios difíciles de armonizar.
Esto no pasa con Portugal y España, que tienen intereses comunes que pueden defender juntos dentro del marco de la UE.
Pero a lo que vamos, este intento por construir los Estados Unidos de Europa fue un fracaso y dio pie a que movimientos como el iberismo fuesen imprescindibles para limar esas diferencias que permitan, algún día, volver a intentarlo.
Por eso, el iberismo es totalmente compatible con el europeísmo. El iberismo, a día de hoy es una herramienta perfecta para la supervivencia de Europa. Pero ojo, también es una fórmula ideal para velar por nuestros propios intereses y abrir todo un mercado iberoamericano en Europa.
Nada de TTIP ni CETA, si tiene que haber un acuerdo de libre comercio, que sea con naciones hermanas a Portugal y España.
Yo no sé vosotros, pero creo que ya está quedando soberanamente claro que no nos interesa salirnos de la Unión Europea, sino más bien ser un andamio y poner empeño en la construcción modular de una sociedad de naciones más democrática y justa.
En resumen…
Así que resumo todo en un par de líneas. No podemos salirnos de la UE porque:
1.- Nuestra economía se hundiría, no podríamos financiar pensiones, educación ni sanidad. Tampoco pagar deuda.
2.- Subiría el desempleo, habría crisis, un código aduanero restrictivo. Nuestros productos, como la verdura, costaría mucho más venderlo. No quiero decir coches o el desplome del turismo.
3.- Perderíamos una oportunidad histórica para ser una economía potente, a través de fórmulas de colaboración como el Visegrado o el Consejo Nórdico. Ésta es la única fórmula válida para hacer valer nuestros intereses.
4.- No podríamos iniciar un proyecto de libre comercio con Iberoamérica como ya se ha intentado con EEUU (TTIP) o con Canadá (CETA)
5.- Echaríamos por tierra décadas de trabajo en pro de la humanidad. Necesitamos puentes, no fronteras.