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El Iberismo en una Europa de geometrías variables

22 de abril de 2020

Jean Monnet dejó escrito que la UE se haría “a golpes de crisis” y que la integración europea al final consistiría en “la suma de todas las crisis superadas“.

Geometrías-iberismo

Cuando hablamos de Iberismo, algunos afirman que, si hay unión con Portugal no es necesaria Europa, y otros que, si hay Europa no es necesaria la unión con Portugal.

Pero la Sociedad Iberista defiende una tercera vía. Una no muy diferente a la que ya propuso Sinibaldo de Mas en el siglo XIX, cuando Europa era un anhelo y aún no había acontecido ninguna guerra mundial, decía así:

“La verdadera paz solo llegará cuando la observancia del derecho escrito europeo se halle confiada a un cuerpo de anfitriones que represente el voto genuino de la Europa, y no la influencia egoísta y ambiciosa de algunas potencias dominantes en el mundo.”

Y precisamente eso consideramos que está sucediendo en Europa. Primero existe una preeminencia del Eje franco-alemán y después una clara supremacía moral y económica del Norte de Europa con respecto a las zonas periféricas de la Unión, especialmente el Sur. 

Así que no es de extrañar que exista una enorme desigualdad entre miembros de la UE, donde costes laborales por hora oscilan entre 1,4 euros de Lituania a los 35,6 euros de Dinamarca. En este contexto, la situación peninsular ha empeorado: España tiene un salario medio por hora de 15,8 euros y Portugal de apenas 6 euros, frente a la media de la zona Euro, que se sitúa en 22 euros. 

Por eso, creemos imprescindible el papel del Iberismo. Para construir un frente común, una alianza que, nos permita avanzar y poder ser tenidos en cuenta, alcanzando con ello la fuerza necesaria para que un Eje Ibérico impulse las reformas preceptivas para la consecución de una Europa más cohesionada, más democrática y más solidaria.

Por supuesto, somos conscientes de la enorme importante que tiene, realizan en la península las reformas necesarias que nos lleven a ejecutar la revolución necesaria para limpiar cualquier ápice de corrupción y desfalco de lo público.

Dichosa se presenta la tarea que tenemos por delante, pero creemos que se puede hacer con la presión necesaria que una sociedad civil puede ejercer sobre poderes políticos. El nacimiento de un poder fáctico con un apoyo los suficientemente amplio, como para invitar a eliminar barreras burocráticas, legales y técnicas que paralizan las reformas necesarias de avance del estado de Bienestar.

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Un movimiento Iberista que promueva una Europa “de geometría variable”, un concepto que viene a asumir que en Europa existe diferencias difíciles de armonizar y que reconoce la heterogeneidad de la Unión. Una idea que de no promocionarse acrecentará, aún más, un irremediable estancamiento en las políticas europeas. 

Unas diferencias que nos enriquecen de sobremanera, pero que sin política común de países más afines puede llegar a bloquear el proceso de integración europeo, tal y como está sucediendo ahora. 

Las geometrías variables, en resumen, vienen a permitir que desde Portugal y España, impulsemos y resucitemos una Unión en estado crítico, activando políticas de colaboración al margen de un acuerdo en pleno de los 27 miembros de la Unión. Acuerdos bilaterales bajo el paragüas de una Europa que hoy, más que nunca, necesita de políticas valientes, como las que llevaron a cabo en su día las personas que decidieron poner en marcha un acuerdo que constituyó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA)

Europa necesita de nuevo un Robert Schuman o un Paul-Henri Spaak que, sin duda alguna, saldrán de la Península Ibérica.