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¿Quién tenía razón en Aljubarrota?

5 de mayo de 2023
La Razón de los Reyes

La Batalla de Aljubarrota es la última ocasión que las circunstancias dieron a Juan I de Castilla para hacerse con el trono de Portugal. Pero, ¿Tenía razón?

Lo primero que tienes que saber es que este conflicto, se produce en un contexto de gran crispación. Una situación que genera una reacción espontánea del pueblo portugués, el cual, comienza a adherirse a la causa del Maestre de Avis. Una figura que aparece tras el fallecimiento del monarca luso Fernando I, y que, valiéndose de la terrible degradación económica, causada por las guerras que enfrentaron al difunto rey con el rey castellano Juan I de Trastámara. 

Juan, el Maestre de Avis, será presentando ante sus súbditos como la solución a la crisis política, creada por la pugna de dos Casas Reales enfrentadas. 

La Batalla de Aljubarrota se produce en un momento de gran crispación, con una degradación extrema de la economía portuguesa.

Vemos entonces como el futuro Juan I de Portugal y aún estando en franca minoría, consigue el apoyo de cierta burguesía y de una parte importante de la pequeña nobleza. Contar entre sus filas con el futuro Condestable, Nuno Alvares de Pereira, fue una de las mejores garantías. Lo que permitió que las principales ciudades se fueran uniendo progresivamente a su causa. 

Se jugaron bien las cartas por parte del bando del Maestre de Avis. El pretendiente buscó una solución política al conflicto, tratando de casarse con la viuda del Rey Fernando, Leonor Téllez. Una propuesta que fue rechazada por la reina viuda. 

La reina viuda, ante las pretensiones del Maestre de Avis, le manda una carta al rey Juan de Castilla. Un monarca que anhelada reunir bajo su corona al vecino Portugal. Deseaba así, rememorar los tiempos de Alfonso VI, cuando ambos reinos eran meros condados del Reino de León. 

Juan I de Castilla no es inteligente, a la hora de obligar a la viuda Leonor Téllez a cederle la regencia del reino de Portugal. Con esa acción, viola el Tratado de Salvaterra de Magos y se proclama rey de Portugal, sin que las Cortes del reino lusitano, lo hubiesen aprobado. 

El rey castellano se intitula como Rey de Portugal y acuña moneda. No controla el reino de Portugal, pero ya se siente su máximo representante. 

Leonor Téllez ve esta jugada como una traición y trata de matar el propio rey Trastámara, pero la conjura es descubierta y le cuesta el exilio. No volverá jamás a Portugal. 

En los momentos previos a la batalla definitiva, vemos como la facción portuguesa del Maestre de Avis, consigue distintas victorias de la mano de Nuno Alvares de Pereira. Los acontecimientos alentan a las tropas y al pueblo portugués, que ven a los castellanos como conquistadores. 

El Rey castellano, Juan I de Trastámara, se intituó rey sin que lo proclamasen las Cortes portuguesas

Los acontecimientos son totalmente desafortunados para Castilla: El Trastámara intenta tomar Lisboa, pero pierden la posibilidad al romper el cerco una escuadra muy pequeña de barcos portugueses. Éstos consiguen rebasar el cerco y llevar provisiones a los sitiados. 

La determinación de los portugueses en la defensa de Lisboa, lleva a Juan I de Castilla a renunciar al cerco de Lisboa. Una victoria que beneficia sobretodo al Maestre de Avis, al que nombran regidor y defensor de los Reinos de Portugal y el Algarve. 

Para colmo, se convocan Cortes en Coimbra y el 6 de abril de 1385 se proclama rey de Portugal a Juan de Avis. Trescientos soldados de Nuno Alvares de Pereira contribuyeron a “facilitar” el buen transcurrir de las discusiones. 

Brites de Almeida-razón

El Maestre de Avis se ganó con razón la corona, convenciendo a los portugueses y no conquistándolos.

Tras la derrota en Aljubarrota y poco a poco, ciudad a ciudad,  van cayendo los leales al Rey de Castilla. Un monarca que no tiene posibilidades de socorrer a sus aliados. 

Nos encontramos entonces con una posición debilitada por parte de Castilla, que ha sido derrotada en la iniciativa militar, dejando de lado a sus aliados y perdiendo la campaña propagandística, al intentar hacerse irregularmente con el trono de Portugal sin pasar por sus Cortes. 

Juan I de Portugal se hace con la Corona y gana la partida al segundo de los Trastámara. 

La conclusión es que Juan I de Castilla tenía toda la razón del mundo al reclamar la corona para su esposa Beatriz. Pero la razón no siempre gana al sentimiento. 

Pero tratando malamente de parafrasear al gran Unamuno, ni venció ni convenció. Le pudieron las prisas y todo aquello que se hace mal, acaba mal.

Y claro que Juan I de Portugal, el Maestre de Avis, se apropió de la corona irregularmente. Ésta le correspondía a Beatriz, como titular de la misma. Pero la política desastrosa de la Casa de Borgoña, con un empobrecimiento general del pueblo luso, hizo saltar chispas en su candidatura. 

Esa mala gestión, permitió al Maestre de Avis ganarse la corona, cuando Castilla decide conquistar y no convencer, quitar y no sumar.

Es así, cómo la dichosa historia cambia de parecer y, pudiendo haber unido a Castilla y Portugal en manos de Enrique III, heredero de Juan I, quiso que una nueva dinastía gobernase. 

Juan I de Castilla perdió y con razón. 

Adrián Gebé

Coordinador General de la Sociedad Iberista, conferenciante y divulgador iberista