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Couto Mixto, un país entre Portugal y España

30 de diciembre de 2019

Conoce la historia de un reino independiente que existió en Iberia durante más de 700 años.

Durante 700 años, al sur de la provincia de Ourense, existió una pequeña república democrática independiente de las Coronas Española y Portuguesa, con su propia organización política y privilegios especiales: no aportaba soldados, estaba exenta de impuestos, tenían libertad de comercio y de cultivos… Además, sus habitantes podían elegir la nacionalidad que más les conviniese, española, portuguesa o del Couto.

En aquel territorio de 26,7 kilómetros cuadrados, reconocido por España y Portugal, no gobernaban reyes ni señores feudales, sino que era regido por los vecinos. Hasta que, en 1864, el Tratado de Lindes de Lisboa marcó el fin de este microestado y de los derechos que ostentaban sus habitantes, pasando a formar parte de España. Esta es la historia del Couto Mixto, posiblemente uno de los primeros estados democráticos de la historia Europa.

Todo comenzó el 5 de octubre de 1143, con la firma del Tratado de Zamora. Dos hombres, dos Alfonsos (I de Portugal; VII de León), llegaron a un acuerdo de paz que dio lugar a la creación del Reino de Portugal. Sin embargo, de aquel tratado nació algo más: un espacio fuera de la ley que era demasiado pequeño como para pelear por él y suficientemente grande como para que naciese una república.

Su forma de gobierno se basaba en la República Federal y estaba compuesta por tres poblaciones: Santiago de Rubiás, capital y centro de administración política, Rubiás dos Mixtos y Meaus. Cada pueblo estaba representado por una persona, al que llamaban “home de acordo”, que era elegido entre todos los vecinos. Estos tres homes de acordo”, a su vez, elegían cada tres años al “Xuíz”, representante ejecutivo y judicial del estado.

El Couto poco a poco fue adquiriendo sus sorprendentes privilegios: los vecinos no tenían obligación alguna de adquirir nacionalidad portuguesa o española, pudiendo ser, simplemente, ciudadanos del Couto. No pagaban impuestos, no podían ser arrestados ni dentro del Couto ni en una legua a la redonda, no tenían obligación de aportar soldados a España o Portugal y gozaban de un autogobierno absoluto.

Además, existía una ruta entre Santiago (capital del Couto) y la localidad portuguesa de Tourém, y que era conocida como “Camiño Privilegiado”. Esta vía, de unos 6 kilómetros de longitud, estaba exenta de control policial, militar o fiscal por parte de España y Portugal. No se podía apresar a nadie que usara esta vía (siempre que no fuera por delito de homicidio) lo que convirtió a este sendero en un refugio y asilo habitual para el contrabando y los perseguidos por la justicia.

Camino Privilegiado

Todavía hoy se experimenta una sensación extraña cuando uno se adentra en el Couto Mixto y recorre el “Camiño Privilexiado” desde Santiago hasta Tourém. Como si dos realidades distintas pero inescindibles como la española y la portuguesa se solapasen en algún punto del trayecto y la frontera que lo atraviesa tuviese, en cierta forma, algo de inexplicable y trascendental. 

Lo cierto es que, la historia y la documentación de la concesión de todos estos privilegios se encontraban depositados en el “Arca de las Tres Llaves”, que sólo podían abrir los “homes de acordo”. Este cofre era de vital importancia, pues en él se reunía toda la documentación histórica del Couto pero, en 1809, las tropas napoleónicas en su huida de los ingleses quemaron el Arca y todo lo que en su interior contenía.

Finalmente, el 29 de septiembre 1864, España y Portugal firmaban el Tratado de Lisboa, en el que se fijaban las fronteras definitivas de ambos países. El Couto Mixto pasaba a ser de titularidad española y perdía su soberanía y sus privilegios.

En la actualidad, cada mes de julio, los vecinos de Santiago, Rubiás y Meaus se reúnen en la antigua capital del Couto Mixto para rendir homenaje al último “Xuíz” de su historia, Delfín Modesto Brandán, y nombran a tres “homes de acordo” para que guarden los documentos de la celebración dentro del Arca.

En el año 2007 el Parlamento Español reconocía la singularidad del Couto Mixto como enclave cultural e histórico y en 2018 el Senado pidió impulsar el Couto Mixto como patrimonio inmaterial de la Unesco.

Así fue como durante más de 700 años un pequeño reducto iberista fue uno de los primeros estados democráticos de la historia de Europa, aunque nunca fue reconocido como tal.