
El 11 de mayo de 2023 entró en vigor el nuevo Tratado de Amistad entre España y Portugal. En este artículo podrás saber todo acerca de este nuevo acuerdo entre los dos países ibéricos.
El actual Tratado no sustituye al de 1977.
El Tratado de Amistad y Cooperación firmado en Trujillo en noviembre de 2022 entre Portugal y España constituye un hito en las relaciones bilaterales ibéricas, al actualizar el marco de cooperación establecido por el Tratado de 1977. La nueva versión responde a un contexto geopolítico, económico y social muy diferente, en el que tanto España como Portugal forman parte de la Unión Europea y de la OTAN, y en el que los desafíos comunes requieren mayor coordinación y visión estratégica.
Una de las principales ventajas del tratado de Trujillo es su carácter más integral y proactivo. Mientras que el Tratado de 1977 estaba centrado en garantizar la buena vecindad y resolver contenciosos fronterizos tras la transición democrática, el nuevo instrumento va más allá, fomentando mecanismos de concertación política regulares, la coordinación de posiciones en Bruselas y la cooperación en áreas sensibles como energía, digitalización y transición ecológica. Asimismo, se refuerza el compromiso con el desarrollo de infraestructuras transfronterizas, un aspecto crucial para la cohesión territorial de la península y para reducir el aislamiento histórico de las zonas de frontera, tradicionalmente despobladas.
Otra mejora significativa es la incorporación de un lenguaje más ambicioso en materia de defensa y seguridad. El tratado promueve ejercicios conjuntos, cooperación en ciberseguridad y la participación coordinada en misiones internacionales, consolidando la península como un polo de estabilidad en el flanco suroeste europeo. Además, contempla un mayor intercambio cultural y educativo, con el objetivo de reforzar el conocimiento mutuo y la circulación de estudiantes, investigadores y profesionales.
Los mecanismos y canales de colaboración son poco ambiciosos, aunque se producen avances significativos
Sin embargo, al comparar el Tratado de Trujillo con el Tratado del Elíseo (1963) y el Tratado de Aquisgrán (2019) entre Francia y Alemania, aún queda camino por recorrer. El modelo francoalemán incluye estructuras de integración mucho más sólidas, como un Consejo de Ministros conjunto, programas de integración lingüística en las escuelas y una agenda industrial compartida. En el caso ibérico, la cooperación educativa y lingüística todavía es limitada: no existen programas obligatorios de enseñanza de portugués en España ni de español en Portugal, lo que limita la creación de una ciudadanía ibérica plenamente bilingüe.

El actual Tratado de amistad podría sentar las bases de la creación de un Eje Ibérico en la Unión Europea
En el terreno económico, la alianza francoalemana ha impulsado proyectos estratégicos comunes en energía nuclear, armamento y tecnología, mientras que la cooperación ibérica se centra sobre todo en interconexiones eléctricas y transporte. Esto deja un espacio para el desarrollo de un verdadero “mercado ibérico de innovación” que potencie la competitividad global de ambas economías.
En conclusión, el Tratado de Trujillo representa un salto cualitativo respecto al marco de 1977 y sienta las bases de una cooperación más estructurada y multidimensional. No obstante, si el objetivo es aproximarse al modelo de integración francoalemán, será necesario avanzar hacia una institucionalización más fuerte de los mecanismos bilaterales, promover el bilingüismo y articular proyectos industriales y tecnológicos de alcance estratégico. Solo así la relación ibérica podrá convertirse en un auténtico motor de cohesión y desarrollo dentro de la UE.
