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¿Es el iberismo una utopía?

25 de abril de 2021
utopía

¿Crees que el iberismo es una utopía? En 2015 nos pusimos a trabajar en el movimiento iberista, teníamos claro que queríamos desarrollar una serie de propuestas que nos ayudasen a mejorar como sociedad.

Veníamos de sufrir una de las peores crisis económicas que se recuerdan, donde países como Portugal, entre otros, fueron rescatados y sufrieron duros recortes. Y mientras tanto, en España se rescataba a la banca.

El iberismo del siglo XXI es hijo del 15M y del 12M

Un ejemplo muy claro: La sanidad y la educación son dos de los pilares más importantes que permiten el sostenimiento del estado de Bienestar. Pero sin embargo, vimos como fueron objeto de duros ajustes. Lo que llevó a implantar sistemas de copago en el caso de la Sanidad. O a comprometer el futuro de nuestros jóvenes ciudadanos con los recortes realizados en educación.

Y vimos que el Iberismo podría ser muy buena idea para sentar las bases de un buen futuro. Un futuro dónde no tuviésemos que volver a ser víctimas.

Y era muy sencillo aprovechar el hueco que la indignación estaba creando. Y que para nuestra sorpresa, lo hacía a la par en España y Portugal, porque ambos países parecían compartir el mismo destino. Así nace en España el movimiento 15 M, del que nos consideramos hijos y sucesores. Y en Portugal lo hacía a Geração à Rasca.

Un movimiento ciudadano de carácter peninsular podía ser posible. Y se abrieron dos vías de acción. Una de ellas fue la que aprovecharon para constituir formaciones políticas. Querían eliminar castas, acabar con las injusticias, reformar un Estado secuestrado por las formaciones políticas.

La otra era la vía sociocultural. La que garantizaba la transversalidad y la no patrimonialización por parte de los dogmatistas.

Al final, el tiempo, nos ha dado la razón. Quiénes apostaron por la vía política, fueron absorbidos por el propio sistema que pretendían reformar. Además, consiguieron mucho dinero, que les permitirá vivir mucho más tranquilos.

Se abrieron dos vías de acción: Política y sociocultural

Ahora teníamos que hablar de iberismo desde el ámbito sociocultural. En 2015 el movimiento iberista era mucho más residual que ahora. Se consideraba no ya algo imposible, sino completamente innecesario, estando la Unión Europea ya constituida.

Empezamos a hablar que aún a pesar de estar la Unión Europea, dentro de ésta, había familias que velaban por sus propios intereses. Y que el iberismo podría hacer lo mismo por los de la península ibérica.

La utopía desaparece cuando el iberismo deja de buscar banderas, los himnos o los mapas

Teníamos claro que el iberismo no podía defender una unión política con Portugal, porque existían una serie de asimetrías que tendríamos que trabajar para suprimir. Y que eso sería una razón importante para que se viese como algo imposible de ejecutar.

Así llegamos a 2018, momento en el que se crea la Sociedad Iberista. Una asociación que comienza a trabajar en propuestas sólidas. A la que no le interesan las banderas, los himnos, los mapas o las designaciones de capitales.

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¿Para qué el iberismo si ya está la Unión Europa?

Teníamos que convencer a los Poderes Públicos, pero era realmente complicado, hasta que llegó la noticia del Brexit. La Unión Europea parecía tambalearse, acosada por el euroescepticismo y los nacionalismos de países como Hungría, Polonia o Francia. Teníamos que tener un plan B.

Nuestra utopía empezaba a coger forma y tras las declaraciones de Rui Moreira, donde hablaba de un Iberolux, empezó a coger fuerza. Dejábamos de ser una utopía de himnos, mapas y banderas. Empezábamos a ser un movimiento sociocultural, que podría sentar la bases de la construcción de un Eje Ibérico. Una alianza estratégica que velase por nuestros propios intereses. Que ayudase a la Unión Europea a recomponerse y permitiese reunir de nuevo a la Iberofonía de nuevo.

Un movimiento sociocultural que fuese cargado de igualdad, de esperanza y de posibilidades de progreso. Sin prometer fórmulas mágicas ni mundos distópicos.

El iberismo es una herramienta de trabajo. Una esperanza de futuro. En conclusión, NO, el iberismo no es una utopía.

Adrián Gebé

Coordinador General de la Sociedad Iberista, conferenciante y divulgador iberista.