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Los 9 BENEFICIOS del Iberismo

26 de marzo de 2020

A la hora de explicar el iberismo, encontramos enormes barreras para hacerlo con rigor. Descubre hoy los 9 beneficios inmediatos.

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Ser iberista, plantea importantes retos para quienes deciden comenzar a defender un movimiento sociocultural, que está dando sus primeros pasos. Atrás queda un anhelo histórico, defendido por importantes pensadores, políticos, escritores y personas de toda condición, para convertirse en un recurso pragmático, con el que poder alcanzar mayores cotas de bienestar social. Hoy conocerás los 9 beneficios del iberismo más destacados. 

No obstante, ser iberista es difícil, por dos razones fundamentales: 

La primera porque tenemos que trabajar el desarrollo de un movimiento que genera escepticismo e incluso, extrañeza. Por eso, es imprescindible diseñar propuestas serias. 

La segunda porque es complicado, la defensa de una hipotética integración peninsular, progresiva, sin unión política. 

Si superamos esas primeras barreras, todo será más fácil, y podremos percibir al iberismo como una herramienta ideal para alguno de nuestros problemas inmediatos, que con acuerdos bilaterales entre Portugal y España son infinitamente más fáciles de llevar a cabo, especialmente si los enfocamos desde el marco de la Unión Europea y las herramienta que la Confederación pone a nuestra disposición.

En la Sociedad Iberista, te dejamos con los 9 BENEFICIOS DEL IBERISMO, una selección de los muchos que podría conllevar la aplicación de nuestro movimiento.

Aumento de la influencia sociopolítica y económica.

El primero de los 9 beneficios del iberismo, es el aumento de la influencia, a través del desarrollo de una colaboración más estrecha, sin plantear ninguna unión. Así se diseñaría un nuevo escenario geopolítico muy interesante. Portugal y España generarían una confianza escasa hoy en día para todos los mercados. Sería más fácil financiarse y, por extensión, podríamos dedicar mucho del dinero destinado exclusivamente a deuda a otras partidas más sociales. 

Dado que países como Alemania, se niegan insistentemente a la instauración de los eurobonos (títulos de deuda pública) emitidos en euros por el conjunto de los estados de la Zona euro), Portugal y España podrían emitir bonos azules, es decir, la posibilidad de conseguir financiación en los mercados extranjeros a un interés más bajo que si se emiten de forma independiente. 

Tenemos además, no sólo la oportunidad de crear una península atractiva para el inversor, sino la posibilidad de establecer posturas comunes en materia internacional que hagan de la península ibérica, islas y ciudades autónomas un socio a tener en cuenta para la comunidad mundial. Pudiendo tener mucha más fuerza para acometer las reformas necesarias para suprimir la parálisis de la Unión o las preceptivas e imprescindibles en la Organización de las Naciones Unidas. 

Tanto Portugal como España pueden iniciar el camino hacia la democratización de todo organismo supranacional, y solo con iberismo, se puede acometer.

Ser primer destino a turístico a nivel mundial

Con más de 9.698 km de costa, un clima estupendo, una oferta cultural sin igual y una gastronomía heterogénea y envidiable, la península Ibérica podría ser el primer destino turístico a nivel mundial. No olvidemos que para España y Portugal, el Turismo representa el 14,6% del PIB y un 13,7%, respectivamente, con más de 110 millones de visitantes, frente a los 89 millones que tendría actualmente Francia, país que ocupa el primer lugar actualmente.

Apertura de un nuevo área de influencia comercial (y cultural)

Famosos son los acuerdos comerciales que la Unión ha tratado de llevar a cabo con China, con Estados Unidos o con Canadá. Pactos comerciales que no siempre garantizan puestos de trabajo, desarrollo social o correspondencia con los productos que desde la Unión de podrían importar. 

De hecho, el mayor socio comercial de la Unión es Estados Unidos, que ahora ha decidido aplicar aranceles para proteger su mercado interior. Y con China, no sale a cuenta la balanza comercial, siendo ésta negativa, es decir, importamos más de lo que exportamos. 

Sin embargo, la Comunidad Ibérica puede alzarse como uno de los tres ejes comerciales más importantes del mundo, con más de 800 millones de habitantes. Podríamos estar ante el origen de un Estado – Civilización (recuerda que sin unión), con enormes posibilidades en los acuerdos que se puedan alcanzar.

Frente común contra el euroescepticismo y populismo

Las distintas crisis migratorias, la incapacidad de la Unión para hacer frente común frente a las crisis que se van sucediendo, desde la de los refugiados que llegan a nuestras fronteras como la pandemia que asola la Unión, hace posible que Portugal y España puedan encabezar un frente común y de reforma que permita construir una Europa de geometrías variables, y donde la cooperación reforzada, sea la seña de identidad de nuestras naciones para que desaparezca el euroescepticismo y el populismo de parlamentos y escenarios sociales.

¿Entrada en el G-8?

No es algo fácil de conseguir, pero lo cierto es que la península ibérica, con su 1.457.011 millones de euros de PIB y sus 56.899.765 habitantes, sumada la suspensión de Rusia tras la crisis de Crimea, facilitaría la candidatura de entrada en el G-8.

No obstante, este beneficio, sólo se alcanzaría con la construcción de una trayectoria económica ejemplar, que nos lleve a tener mayor peso económico. Pero, recuerda que entrar en el grupo, no atiende a criterios objetivos, es decir, que ni aún con toda nuestro esfuerzo, tenemos garantizada la entrada en el G-8.

Este es uno de los más interesantes, de los 9 beneficios del iberismo que planteamos. 

A la vanguardia de la lucha contra el cambio climático

Tanto Portugal como España, están apostando decididamente por la independencia energética, que iría infinitamente más rápida, de no ser por los compromisos que muchos políticos, adquieren con empresas privadas que ralentizan la autonomía imprescindible para que Portugal y España consigan establecerse, al menos, en la media europea y rebajen el porcentaje de importaciones de combustibles fósiles. Bruselas ha establecido cómo fecha límite 2050. Iberia lo puede conseguir antes.

La educación: Una inversión

No sólo se debe dejar de percibir la educación como un gasto, sino que debe comenzar a invertir más dinero en ella. Actualmente España invierte poco menos que el 4% del PIB, en una rama esencial para el futuro del país, frente al 6% que invierte Portugal. 

Los distintos Gobierno, de ambos países, deben ponerse de acuerdo, para alcanzar un acuerdo bilateral que permita el aumento de la inversión al 8%, con subidas progresivas entre el 0,3 y el 0,5% del PIB, fomentando un menor ratio de alumnos por aula, intercambio de alumnos entre comunidades o incluso entre Portugal y España, fomento del e-learning o la introducción del portugués como lengua extranjera en España. 

Recuerda que Singapur invierte un 14% de su PIB en educación y son ejemplo mundial por su modelo educativo.

Sanidad: Gratuita y universal

Lo estamos viendo con la pandemia, la sanidad es un bien común que hay que proteger. Una inversión como la educación que hay que cuidar como si de un tesoro se tratase, vigilando cada céntimo de euro que se gaste para su mayor eficiencia y no temiendo en dotar a las zonas rurales de los servicios esenciales para evitar incómodos traslados que no hace sino, acentuar la despoblación rural. 

El fin de la despoblación rural

Portugal y España pueden plantar cara a la despoblación que afecta a ambos países. En los últimos años, la Iberia vaciada ha perdido más de 150.000 habitantes, en beneficio de las ciudades que siguen alimentando aún más las ciudades periféricas. La acción directa de los gobiernos permitirá que, pueblos hoy objeto de un éxodo, puedan recuperar población.

Sólo posible, a través de una apuesta firme y decidida por el medio rural. Si esto, se hace de forma conjunta, con especial incidencia en zonas rayanas, además se verá beneficiado el intercambio económico y cultural entre portugueses y españoles.