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Teófilo Braga- Un presidente portugués ¿iberista?

14 de junio de 2023
teófilo braga

Breve biografía

Teófilo Braga (1843-1924) fue un escritor, profesor y político portugués. Nació en Ponta Delgada, en las Azores, y se trasladó a Coimbra para estudiar derecho en su universidad. Allí se involucró en la vida literaria y política, convirtiéndose en un destacado intelectual de la época.

Teófilo Braga llegó a ser el presidente de la República Portuguesa tras la Revolución de 1910. Durante su mandato, se centró en promover la educación, la cultura y las artes, y en impulsar reformas sociales.

Braga fue un defensor entusiasta del idioma español y portugués, y abogaba por su promoción conjunta. Creía que el entendimiento mutuo y la colaboración entre los dos pueblos serían más fáciles si compartían un idioma común, y que esto facilitaría el intercambio cultural y el progreso social.

Teófilo Braga escribió un prólogo para el libro iberisme de Ignasi Ribera i Rovira

Imagen de Teófilo Braga
🔺 Teófilo Braga a principios del siglo XX

Un presidente portugués ¿iberista?

Resultad realmente complicado presenciar a un presidente portugués declararse abiertamente iberista. Y sí, claro que en pleno siglo XXI vivimos una época de excelentes relaciones, pero siempre mirando de reojo al vecino peninsular. 

Esto no pasaba a principios del siglo XX, seguramente porque España todavía no había intentado invadir Portugal en hasta tres ocasiones. Aunque sí bien es cierto que la monarquía portuguesa, sí había rechazado la unión dinástica, durante el gobierno del General Prim (aunque es comprensible, dado el avispero que había montado por entonces)

Y Teófilo Braga parecía ambicioso, especialmente al diseñar un plan plan concreto de Federación Ibérica en cuya construcción España debería aceptar importantes condiciones: organizarse como República, dividirse en territorios autónomos (de aquella no existían las autonomías) formando una federación, admitir en dicha federación a Portugal que sería así la mayor y más fuerte unidad del conjunto, establecer en Lisboa la capital de la Federación Ibérica.

Teófilo Braga escribió uno de los dos prólogos del libro Iberisme (1907) de Ignasi Ribera i Rovira. 

Adrián Gebé

Coordinador General de la Sociedad Iberista, conferenciante y divulgador iberista

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Comentarios (2)

Creo que este fragmento está mal redactado:

«Esto no pasaba a principios del siglo XX, seguramente porque España todavía no había intentado invadir Portugal en hasta tres ocasiones.»

Con esa redacción parece decir que con posterioridad al 1900 el Reino de España ha intentando invadir a la República Portuguesa en tres ocasiones. Y no creo que nadie recuerde nada de eso, al menos no en esta dimensión. Quizás en alguna ucronía que me es desconocida.

Supongo que se está hablando del pasado, imagino que de la «Guerra de las Naranjas» o de las guerras de los Pactos de Familia borbónicos, en las que Reino Unido fue tan culpable (y no es por echar balones fuera). Asumo desde luego que no se está hablando de Aljubarrota (una guerra civil con casi toda la aristocracia portuguesa apoyando al pretendiente leonés) o de la Unión de 1580-81 ejecutada por De Alba (Felipe I era el monarca legítimo y declarado en Tomar, sin duda alguna).

Eso sería equivalente a hablar de «invasión portuguesa» para hablar de la (terrible, larga) guerra civil castellana entre Juana y Alfonso V, de un lado, e Isabel y Fernando del otro. O la participación portuguesa de lado austracista en la llamada Guerra de Sucesión Española (una pequeña guerra mundial), inducida por Reino Unido (¡sorpresa!). Una guerra larguísima y crudelísima que vivió muchos vaivenes y episodios como la repetida ocupación de Madrid por las tropas austracistas, con destacadísima participación portuguesa.

Y dejo al margen esos episodios de invasión de los territorios paraguayos, alentados por Los De Siempre (ya no necesito ni nombrarlos) porque no dejan de ser territorios extra-ibéricos, extra-hispanos. Hispánicos sí, claro, pero al fin y al cabo posesiones imperiales de las respectivas monarquías. Creo que es forzar las cosas (pero ocurrir, ocurrieron también).

La clave para no hacerse mala sangre es reconocer los propios errores y no practicar la Memoria Selectiva (ni siquiera la consagrada en las leyes, aprovecho para decir). Si de algo saben los chauvinismos, todos ellos, es de Memoria («Histórica») Selectiva.

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Y aprovecho para añadir una última reflexión, que me ha acompañado desde hace muchos años: si algo enseña la Historia es que hay que hay que mantener bien a raya (guiño) a Francia y Reino Unido respecto a las relaciones intraibéricas.

No le descubro nada a nadie, pero es geopolítica básica (la «Escuela Realista» de las RR. II.) que estas potencias siempre trabajarán por mantener la separación hispana, de tal modo que no pueda surgir la Iberia unida que suponga una gran potencia competidora situada en la puerta de al lado. Esto lo sabemos todos, pero creo que es importante afirmarlo abiertamente. Que todo el mundo sea consciente. Tampoco a otros les interesa (Alemania).

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